Sitio en arreglos. Devenir y Sociedad
Apuntes sobre pensamiento y acción.
Editorial
Primavera 2021
La sociedad sin sueños elige abrazar a la serpiente.
En la Argentina, la derecha liberal acaba de hacer una estupenda elección. Se han explicitado diversas pautas que precarizan la vida e hipotecan el futuro, pero aun así la derecha liberal cuasi fascista acaba de hacer una estupenda elección. Increíblemente, o no, en Argentina se están cumpliendo dos décadas del estallido autogestivo de Diciembre de 2001. Desde aquella vorágine de interpelación, protagonismo y creación radical hasta el hoy, la participación democrática activa no parece afianzarse, sino retroceder día a día. Más atrás en el tiempo, casi cuatro décadas atrás vivíamos bajo una dictadura militar, cívica y eclesiástica, que instauró la más cruenta expresión del terrorismo estatal en la Argentina. Que se la llame civil, militar y eclesiástica no debe esconder que se trató de un momento particular y específico a lo largo de un breve espacio de tiempo de lo que a grandes rasgos podemos llamar “la dictadura del capital sobre el trabajo”. Hoy, la democracia presenta cierta continuidad con aquel proceso.
A dos décadas del 19 y 20 de Diciembre de 2001.
En la historia argentina, lo sucedido en Diciembre de 2001 integra la lista de los hechos colectivos que brindaron más interpretaciones en menos tiempo; seguramente, también ha sido uno de los emergentes más inesperados. Entre sus consecuencias inmediatas figuran el despliegue del movimiento asambleario barrial, la incorporación a la agenda política de numerosas cuestiones sociales antes invisibilizadas, y un flujo crítico destituyente de inédita riqueza; sus efectos aún perduran. Claramente hay un antes y un después de aquellos días tanto desde la perspectiva de nuestros movimientos sociales como en la óptica de las clases dominantes.
Nadie, entre quienes participamos de alguna u otra manera los días 19 y 20 de diciembre del año 2001 en las manifestaciones callejeras, los cortes de calles y otros enfrentamientos, podíamos prever el enorme significado de lo que estábamos viviendo. Tampoco imaginamos el campo de posibilidades que se abría hacia el futuro. Demasiado era lo que estaba quedando atrás en cuanto a modalidades políticas como para percibirlo inmediatamente desde el interior del suceso. En los días posteriores generamos movilizaciones espontáneas, destituciones de presidentes y funcionarios, escraches a jueces y burócratas sindicales, profetizamos cambios radicales y señalamos innumerables caminos a seguir; habíamos ganado la calle con la consigna “Que se vayan todos”.
Política y cambio social. Cuestiones de organización.
La sociedad merece ser transformada radicalmente. En las últimas décadas, han surgido en todo el mundo instancias organizativas que sin renegar del todo de las corrientes clásicas han intentado generar una mirada crítica
y superadora. En el marco de las reestructuraciones estatales, fruto de las tensiones y antagonismos del capitalismo globalizado las luchas han variado en forma y efectividad.
En esa vorágine, se han creado espacios de construcción que no tienen un dogma donde recurrir ni tablas de la ley que difundir, ni las pretenden.
Sin identificarse plenamente en el anarquismo clásico o la izquierda partidaria, tienen sus raíces en ellos, que no suelen revisar sus recetas encontradas ya fosilizadas. La mayoría de esas experiencias se han agotado
antes de florecer; y en muchos casos directamente derrotadas. Estos documentos que recopilamos intentan aportar a las líneas de intervención que transitan una posible superación de la tradición revolucionaria en los caminos
de la autogestión y el asambleísmo horizontalista. Quizás la idea que atraviesa tópico tras tópico sea la de autonomía; nos interesa aclarar sin embargo, que estamos muy lejos de desear algo así como un autonomismo ni nada
que se le parezca que corra el peligro de volverse dogma o decálogo.
Problemas de la filosofía
Artículos y ensayos, desde y para una formación alternativa.
La concepción materialista de la historia
Desde un punto de vista materialista, la especie humana es una parte integrante más del ordenamiento natural. Las mujeres y los hombres de este mundo, en el pasado, ahora y siempre, surgen en la naturaleza; no hay ninguna
instancia relacionada a sus vidas que se encuentre fuera de este orden. Tampoco motivos fundados para separar a la humanidad del resto de la naturaleza. Lejos de ser creados de la nada, o haber emergido espontáneamente
por capricho de alguna voluntad, hay un desarrollo natural que motiva su aparición. Contrariamente a las explicaciones religiosas donde predominan la inmutabilidad y las instancias trascendentes, el nacimiento y el desarrollo
de la humanidad en la naturaleza y su propia historia, suponen el cambio continuo del mundo material.
Permanentemente producido por su propia acción, el ser humano es un ente autocreador; que se opone a la naturaleza en la que aparece y trans-forma, en función de sus necesidades y posibilidades. De acuerdo a sus facultades,
disposiciones, capacidades, impulsos, irá constituyéndose; permanente resultado de su interacción en el medio donde se encuentra. En su hacer, mantiene una relación de transformación con el mundo, lo adapta a sus necesidades,
lo cambia en función de sus fines. Así se distingue de las demás especies; su operación activa es consciente y voluntaria, mientras que el animal se adapta pasivamente a ese mundo. Esta práctica única y singular es el trabajo.
La filosofía en la educación popular
En la educación popular autogestiva los conceptos se construyen. Reflexionando, las ideas son forjadas desde los saberes que se traen a cuestas, confrontados y cuestionados colectivamente, enriquecidos. Desechados unos, adoptados otros.
La Filosofía en la educación popular no puede prescindir de la idea autogestiva. A pesar de los discursos, la autogestión no siempre está. Tomemos una muestra: existe un equívoco trilladísimo, escuchado en decenas de reuniones de educadores populares, donde se habla de un sentido de la palabra alumno o alumna como “no iluminada”. Aun cuando en el error se cuestione que la persona que ingresa en un proceso de aprendizaje sea un ser sin luz, conceptualmente, en el error que vamos a señalar se traiciona el sentido de la educación popular. La palabra alumno o alumna proviene de alere, que significa alimentar, nutrir. Aprender es nutrirse y formarse, y el saber es alimento, factor constituyente de las personas.
La palabra Filosofía viene del griego: filo quiere decir amor y sofía, saber. Partimos nuestro camino preguntando en voz alta con qué relacionamos a la filosofía, qué entendemos por ella según nuestro sentido común. Las primeras respuestas que suelen surgir dicen que la filosofía tiene que ver con las preguntas sobre el bien y el mal, sobre la sociedad y el mundo en que vivimos, sobre el origen de las cosas, sobre el sentido del cosmos y de nuestras vidas. La filosofía puede abarcar el estudio del mundo mental y la conformación de nuestras personalidades, deseos, afectos, pasiones. En un proceso continuo de reflexión iremos profundizando o cuestionando estas respuestas.
Introducción a la Filosofía.
La Filosofía es una práctica; una actividad del pensamiento constituyente de saberes y herramientas para desarrollarlos. Cualquier persona puede filosofar, reflexionar, postular ideas y desenvolverlas. No son precondiciones del filosofar ni el conocer la historia de la filosofía, ni lo dicho por las diversas personas que colman los miles de libros escritos desde sus inicios. Por supuesto que la formación y el saber enriquecen y predisponen mejor ante cualquier reflexión, pero el filosofar no es privativo de nadie. Se dice que la Filosofía es esa ardua disciplina que aborda cuestiones complejas de la vida y el mundo, que requiere profundos análisis y cierto grado de formación. Solo en parte es cierto, porque también es el ejercicio de pensar en cualquier resquicio de la vida social, al alcance de cualquier persona cuando ese pensar tiene ciertas características particulares. En ambas situaciones hay filosofía, no hay una sola Filosofía. Para la Filosofía , hay diferentes niveles, escuelas y corrientes enfrentadas, procesos cambiantes o localizados en diferentes tiempos y lugares. A la vez, no toda reflexión es filosófica; la Filosofía requiere método y cierto rigor. No es un conjunto de simples opiniones.
Filosofía Política
Genealogía del pensamiento social moderno
Hacia las teorías del contrato social.
Ninguna instancia de gobierno persiste en guerra abierta permanente; todo grupo de personas en ejercicio del mando de una sociedad, que quiera sostenerse en el tiempo necesita algún tipo de consentimiento y legitimidad; necesita crearlo aun allí donde impera la fuerza. En sus opuestos, desde toda insurgencia, cualquier cuestionamiento práctico del orden supone un trabajo de debilitamiento crítico de las verdades que lo sostienen; un movimiento destituyente tiene que construir su propia legitimidad si quiere perdurar. Siempre es así.
Por otra parte, todo pensamiento político está sostenido por argumentos que explican y buscan legitimar los dispositivos rectores de mandos y obediencias; no solo es la coerción la que sostiene un dominio. Entramos necesariamente en el terreno de la ideología. Bajo las diversas concepciones y en las diferentes configuraciones sociales subyacen cosmovisiones de las formas de gobierno y las prácticas políticas en general, del lugar de las personas en el mundo y las relaciones entre los diversos agentes sociales. Conocerlas y conocer la historia de su formación es un paso en la comprensión de los procesos sociohistóricos, los permanentes cambios sociales y las tendencias.
A modo de comienzo, en estas líneas vamos a desarrollar las diferencias entre el mundo antiguo y el mundo moderno, sostenidas bajo el principio de naturalidad del orden social en el primer caso, y en la figura del orden como construcción social histórica para el mundo moderno. Como cierre, se adelantan algunos conceptos sobre el contrato social y la idea de progreso constitutivos del pensamiento político inaugurado en los inicios de la modernidad.
Talleres de lecturas
El capitalismo global
Escenas de la acumulación originaria, pasado y presente de un proceso que reinicia día a día.
En preparación
Anarquismo y socialismo
Una aproximación a los escritos clásicos de las corrientes revolucionarias.
Verano de 2022.
¿Por qué leer a Karl Marx a más de un siglo de su muerte, cuando muy pocos apuestan a salidas colectivas, cuando el individualismo parece haber triunfado y las variantes religiosas se multiplican? Precisamente por su vigencia:
Marx hizo la crítica más profunda al sistema mercantil de producción, que es justamente su investigación culminante.
Preguntar por nuestras sociedades supone indagar quiénes somos, cómo llegamos a ser lo que somos y cómo estamos relacionados, el lugar del individuo en la historia, el estado y los conflictos sociales. Encarar un proyecto
de intervención política, cualquiera sea, supone una variante determinada de formación. Nosotros optamos por la formación autogestiva y plural, y desde allí hacemos la invitación.
Proponemos una lectura colectiva y crítica de las bases del pensamiento crítico y materialista en la lectura de uno de sus fundadores, en un primer acercamiento que presente temas, primeras respuestas y abra un abanico
de interrogantes hacia lecturas posteriores.
El mundo global Bajo el dominio global
Comunicación y conflicto social
…
Globalización
L…
Comunicación y lucha de clases
…
Los nuevos dominios
….
Comunicación popular alternativa
…..
Sitios recomendados
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Escribentes
Seres de existencia real o imaginaria, máquinas y artificios que transforman una energía en otra. En este caso, enunciados, imágenes e ideas. una energía en otra. En este caso, enunciados, imágenes e ideas.
El Psicoanalítico
Publicación de psicoanálisis, sociedad, subjetividad y arte. Laberintos, entrecruzamientos y magmas.